La caverna del sueño
(ensayo)
Edgardo Aguilar
La
vida es sueño una de las obras de Calderón de la Barca, más elogiadas por los
estudiosos de las letras, fue escrita en el año de 1635. Pertenece al
movimiento barroco. Esta obra de género dramático está escrita en verso medido.
La riqueza de sus figuras literarias y de su exacta métrica ha atraído a muchos
estudiosos. El trasfondo de dicho texto ha sido el objeto de análisis de muchos
pensadores. La vida es sueño es una
metáfora que se une al pensamiento solipsista, al igual que es una reiteración
del conocido mito de la caverna de Platón.
Segismundo,
un hombre que vive soñando, prisionero en una torre a causa de una predicción
que lo definía como un rey tirano, pasa la vida cautivo como en una caverna
viendo sombras a través de las rejas de su ventana. Para Segismundo la vida es
prisión y cadenas, dedica el tiempo a meditar en su condena “¡Ay mísero de mí,
y ay infelice!/ Apurar, cielos, pretendo, / ya que me tratáis así, /qué delito
cometí contra vosotros naciendo. / Aunque si nací, ya entiendo/ qué delito he
cometido; / bastante causa ha tenido/ vuestra justicia y rigor, / pues el
delito mayor/ del hombre es haber nacido.” A raíz de que toda su vida ha pasado
en cautiverio él tiene esa concepción del mundo. Basilio, rey de Polonia, padre
de Segismundo, siente curiosidad por saber si el oráculo había acertado en que
su hijo sería un rey tirano. Bajo el efecto de una pócima somnífera hace llevar
al príncipe al castillo, este al despertar se da cuenta de quién es, y comienza
a comportarse cómo el tirano que describió el oráculo. Sin embargo el rey tenía
entre manos un engaño: “Si él supiera que es mi hijo/ hoy, y mañana se viera/
segunda vez reducido/ a su prisión y miseria, / cierto es de su condición/ que
desesperara en ella; / porque, sabiendo quién es, / ¿qué consuelo habrá que
tenga?/ Y así he querido dejar/ abierta al daño esta puerta/del decir que fue
soñado/ cuanto vio. Con esto llegan/ a examinarse dos cosas; / su condición, la
primera; / pues él despierto procede/ en cuanto imagina y piensa; / y en
consuelo, la segunda, / pues, aunque ágora se vea/ obedecido, y después/ a sus
prisiones se vuelva, / podrá entender que soñó, / y hará bien cuando lo
entienda; / porque en el mundo, Clotaldo, / todos lo que viven sueñan.” Así
Segismundo tras perder su oportunidad de ser el rey, adormecido, vuelve a ser
llevado a su cautiverio. Cuando despierta en la torre cree que todo lo que pasó
en el palacio ha sido un sueño medita entonces en sobre su situación “¿Qué es la vida? Un frenesí. / ¿Qué es la vida? Una ilusión,
/ una sombra, una ficción, / y el mayor bien es pequeño; / que toda la vida es
sueño, / y los sueños, sueños son.” he aquí el núcleo de la historia, el centro
en que gira el texto. En estos versos se hace claro el pensamiento solipsista
de Segismundo en el cual es él el centro de todo, y todo cuanto ha visto ha
sido soñado. Así mismo se concreta en esta sentencia el mito de la caverna.
Retomando en pocas palabras, el mito se refiere a un hombre que
está encerrado en una caverna en la cual sólo alcanza a ver sombras y determina
que de eso está formado su mundo. Del mismo modo Segismundo en su torre, solo
se tiene a sí mismo, y sus pensamientos y sueños son las sombras que él percibe
y de lo que construye su realidad.
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