Vida y obra de Féliz María Samaniego
Félix María Serafín Sánchez de Samaniego Zabala (Laguardia, Álava, 12 de octubre de 1745 – ibídem, 11 de agosto de 1801)
fue un escritor
español famoso
por sus fábulas.
Junto con Tomás de Iriarte es considerado el mejor de
los fabulistas españoles; la violenta enemistad surgida entre ambos ha pasado a
la historia de la literatura.
Perteneciente
a una
familia noble y rica. Tras los primeros estudios (llevados a cabo en el hogar paterno)
fue enviado a cursar derecho a la Universidad de Valladolid, donde permaneció
dos años sin llegar a concluir la carrera. En un viaje de placer a Francia se
entusiasmó con los enciclopedistas, y se quedó mucho tiempo en tierra francesa;
allí se le contagió la inclinación a la crítica mordaz contra la política y la
religión tan grata a los hombres del siglo, y cierto espíritu libertino y
escéptico que le indujo a burlarse de los privilegios y a rechazar, incluso, un
alto empleo en la corte que le ofreció el conde de Floridablanca. A su regreso
a España contrajo matrimonio y se estableció primeramente en Vergara, donde
participó en la Sociedad Patriótica Vascongada, tendente a la difusión de la
cultura en los medios populares, y de la cual llegó a ser presidente. Las
fábulas escritas para que sirvieran de lectura a los alumnos del Real Seminario
Patriótico Vascongado de Vergara son su obra más conocida. En 1781 se
publicaron en Valencia los cinco primeros libros con el título de Fábulas en verso castellano, y
en 1784 apareció en Madrid la versión definitiva, titulada Fábulas morales y formada por nueve libros con 157
fábulas.
Las fábulas de
Samaniego se inspiran en las obras de los fabulistas clásicos Esopo y Fedro, y
también del francés La Fontaine y del inglés J. Gay; todas ellas tienen una
finalidad didáctica. De estilo bastante sencillo y métrica variada, muchas
fábulas destacan por su espontaneidad y gracia: La lechera, Las ranas que pedían rey, El parto de los montes, La cigarra y la hormiga, La codorniz, Las moscas, El asno y el cochino, La zorra y el busto o El
camello y la pulga.
La publicación de
las fábulas de Tomás de Iriarte (que había sido su
amigo) un año después que las suyas, con un prólogo en el que afirmaba que eran
"las primeras fábulas originales en lengua castellana", irritó a
Samaniego y desató una rivalidad entre ambos escritores que duraría toda su
vida. Samaniego publicó anónimamente el folleto satírico Observaciones sobre las fábulas
literarias originales de D. Tomás de Iriarte (1782) y, poco después, una
parodia del poema La música,
también de Iriarte, que tituló Coplas
para tocarse al violín a guisa de tonadilla. Siguieron numerosos libelos,
contestados con la misma violencia por Iriarte. Sin embargo, cierto espíritu
volteriano confería a los ataques de Samaniego una crueldad mayor.
Con la subida de
los Borbones al poder se produjo un proceso centralizador que entró en litigio
con las instituciones forales del País Vasco. Al complicarse la situación, en
1783, Samaniego fue comisionado por la provincia de Álava para que de una
manera directa gestionara los problemas provinciales en la Corte, aunque
también tramitó otros asuntos regionales y de la Vascongada. En la capital, su
actividad literaria fue intensa; asistió a reuniones y tertulias y gozó de la
amistad de nobles y escritores. Participó en las polémicas teatrales de la
época defendiendo el teatro neoclásico y la ideología ilustrada. Esta actividad
cultural fue más exitosa que los progresos de las gestiones que le habían
encargado. Tampoco llegó a buen puerto el plan de un Seminario para señoritas,
que la Vascongada pretendía establecer en la ciudad de Vitoria.
De nuevo en Bilbao,
volvió a llevar las riendas de su hacienda, bastante olvidada, y a frecuentar
las antiguas amistades. En 1792 decidió llevar una vida más tranquila y se
retiró a su villa natal, Laguardia. Dos sucesos rompieron su tranquilidad: por
un lado, la invasión francesa del año 1793 que dejó malparadas sus posesiones
guipuzcoanas; por otro, algunas poesías satíricas y licenciosas le valieron el principio
de un proceso inquisitorial en 1793. El tribunal de Logroño llegó incluso a
decretar la detención del autor. Samaniego evitó peores consecuencias gracias a
la influencia de sus amistades en los altos niveles[1].
Samaniego. El hombre y su obra.
Samaniego nació en La
Guardia, Alava. Tuvo, como Iriarte, una educación clásica. Vivió largo tiempo
en Francia y escribió comedias, poemas y tragedias. Su obra principal es Fábulas morales (1781), donde recrea
viejas historias y las adapta a las circunstancias y hechos de su época.
Dueño de una
excepcional capacidad para la ironía, observador agudo y magnífico poeta,
Samaniego refleja en sus fábulas no sólo un afilado talento crítico, sino
también una excepcional vena lírica. Sus historias de La lechera, El parto de los montes, y La cigarra y la hormiga, entre otras, son hoy consideradas obras
clásicas en su género por más que fueron frecuentadas por casi todos los
fabulistas anteriores. Más tradicionalista que Iriarte, la obra de Samaniego,
está casi en su totalidad basada en el fabulista latino Fedro (año 15 anterior
a nuestra era). Samaniego tomó esas fábulas y las recreó, elaborándolas poéticamente.
La versificación de Samaniego es sonora, brillante y hermosa, de pareja calidad
y estilo depurado. La obra de Samaniego sitúa a los protagonistas –tanto
hombres como animales- en un mundo que comparte niveles de realidad e ilusión
pero reitera un mensaje que caracteriza el pensamiento del autor: El hombre debe vivir en función del presente
y basarse sólo en lo que puede comprobar objetivamente en la realidad, dejando
de lado los sueños.
Como Esopo e Iriarte,
Samaniego deslizó también en sus fábulas duras críticas a la sociedad de su
tiempo. Cuestionó defectos y vicios, subrayó errores, denunció falsas posturas
moralistas, desnudó actitudes cínicas. Para él, como para los otros dos
autores, la fábula fue también un género literario que le permitió analizar las
costumbres y la conducta de los hombres de su época[1].
Ana Karen Gómez Zamora.
[1] Cito
textualmente del prólogo de Fábulas de
Samaniego de la editorial Editores mexicanos unidos, de la tercera reimpresión
en abril de 1989
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