Literatura Española Siglo de Oro y Neoclásica
miércoles, 3 de diciembre de 2014
De-Goya-ndo la Historia
Autor:
Francisco de Goya (1746 – 1828)
Obra:
Saturno devorando a su hijo
Etapa:
El Trienio Liberal y Las Pinturas Negras (1820 – 1824)
Características:
Esta etapa se conoce por una serie de catorce cuadros con la técnica del óleo al secco donde encontramos los rasgos más particulares los tonos obscuros en cada uno de sus cuadros con pequeños contrastes de colores blancos en los grandes ojos o vestimentas de sus personajes y los azules dando luz por medio del firmamento. En los temas que encontramos en los cuadros están: La sátira de la religión —romerías, procesiones, la Inquisición— o los enfrentamientos civiles, las tertulias y conspiraciones una interpretación en clave política que podría desprenderse del Saturno el Estado devorando a sus súbditos o ciudadanos.
Se han hecho varios análisis psicológicos y sociales por parte de la crítica especializada acerca de esta importante etapa de Goya, ya que podría ser considerada como la etapa cumbre del pintor tanto por su modernidad como por la fuerza de su expresión.
Dentro del análisis psicológico tenemos a un Francisco de Goya en la conciencia de su decadencia física, más acentuada por la convivencia con una mujer mucho más joven y sobre todo las grandes consecuencias de su enfermedad (1819) que lo puso en un estado de debilidad y cercanía con la muerte. Saturno es, además, el dios del tiempo y la encarnación del carácter melancólico, relacionado con la bilis negra, en lo que hoy llamaríamos depresión.
Elementos simbólicos e iconográficos:
Representa al Dios Cronos (Dios del Tiempo) en el acto de devorar a uno de sus hijos, es una figura de emblema alegórico del paso del tiempo, pues Cronos se comía a sus hijos recién nacidos por temor a ser destronado por uno de ellos.
Según Freud el cuadro está relacionado con la melancolía y la destrucción. Goya nos sitúa ante el horror caníbal de las fauces abiertas, los ojos en blanco, el gigante avejentado y la masa informe del cuerpo sanguinolento del supuesto hijo. El acto de comerse a su hijo se ha visto como una figuración de la impotencia sexual desde el punto de vista psicoanalítico que se refuerza con el
cuadro que se encuentra en frente Judit matando a Holofernes que muestra a la mujer tema bíblico en el que la bella viuda judía Judit invita a un banquete libidinoso al viejo rey asirio Holofernes y, tras emborracharlo, lo decapita.
Punto de Vista:
La serie de cuadros Pinturas Negras del pintor Francisco de Goya es para mi gusto, la etapa más importante de la totalidad de su obra, ya que el expresionismo que encuentro en cada uno de sus cuadros causa un tipo de sensación única y que al final del día es lo que se puede rescatar como el Arte.
En los cuadros: Cabezas en un paisaje, Dos viejos comiendo sopa, La romería de San Isidro, El Aquelarre, Judith y Holofernes, Saturno devorando a su hijo, La Leocadia, Visión Fantástica, Átropos, Mujeres Riendo y Hombres Leyendo. En cada uno de ellos encuentro un cierto referente de la situación social y actual que vivía Goya, su avanzada edad, que reflejaba sabiduría, su relación con una mujer más joven que le representaba un problema mental por complacerla y su situación y punto de vista respecto las guerras que aquejaban a España.
En la mayoría de sus cuadros encontramos el poder femenino frente la decadencia del hombre en cuestiones físicas me parece, por ejemplo, en los cuadros: Mujeres riendo y Hombres leyendo que se encuentran frente a frente en el Museo de Prado quizá sea que las mujeres ríen por burla del hombre o felicidad que tienen mientras que en el segundo cuadro que menciono los hombres serios y viejos se encuentran leyendo, la actividad de la lectura es asociada como una actividad de intelectualidad, es por esta razón que al encontrarse ambos cuadros de frente hacen un juego de sexos que al final vienen representando a la sociedad hoy y siempre.
La obscuridad que es manejada en la mayoría de sus cuadros es un reflejo de la soledad que tenía el pintor, su cercano paso a la muerte provocaban una singular inspiración en su arte, el reflejo de hombres viejos y barbados en sus cuadros simulando tal vez su aspecto desgastado.
Saturno devorando a su hijo es uno de los cuadros que siempre han llamado mi atención cuando por fortuna me toca toparlo en diferentes medios, ya que la frialdad de mostrar un hombre grande comiendo a un cuerpo pequeño, la denotación del color rojo de la sangre que brota del
cuerpo causan una sensación especial, un sentimiento difícil de expresar en palabras, pero que sin duda a cualquier persona que llegue a presenciar esta obra, le llamará la atención la forma en que se expresan estos personajes, la frialdad y la dureza que demuestran.
Goya siempre fue un incansable precursor del arte español y que trascendió hasta lo mundial, y sobre el paso de la historia, fue un pintor de época y que en cada una de sus obras encontramos un sentido de arte especial.
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Saturno devorando a su hijo
jueves, 27 de noviembre de 2014
Calderón de la barca
La caverna del sueño
(ensayo)
Edgardo Aguilar
La
vida es sueño una de las obras de Calderón de la Barca, más elogiadas por los
estudiosos de las letras, fue escrita en el año de 1635. Pertenece al
movimiento barroco. Esta obra de género dramático está escrita en verso medido.
La riqueza de sus figuras literarias y de su exacta métrica ha atraído a muchos
estudiosos. El trasfondo de dicho texto ha sido el objeto de análisis de muchos
pensadores. La vida es sueño es una
metáfora que se une al pensamiento solipsista, al igual que es una reiteración
del conocido mito de la caverna de Platón.
Segismundo,
un hombre que vive soñando, prisionero en una torre a causa de una predicción
que lo definía como un rey tirano, pasa la vida cautivo como en una caverna
viendo sombras a través de las rejas de su ventana. Para Segismundo la vida es
prisión y cadenas, dedica el tiempo a meditar en su condena “¡Ay mísero de mí,
y ay infelice!/ Apurar, cielos, pretendo, / ya que me tratáis así, /qué delito
cometí contra vosotros naciendo. / Aunque si nací, ya entiendo/ qué delito he
cometido; / bastante causa ha tenido/ vuestra justicia y rigor, / pues el
delito mayor/ del hombre es haber nacido.” A raíz de que toda su vida ha pasado
en cautiverio él tiene esa concepción del mundo. Basilio, rey de Polonia, padre
de Segismundo, siente curiosidad por saber si el oráculo había acertado en que
su hijo sería un rey tirano. Bajo el efecto de una pócima somnífera hace llevar
al príncipe al castillo, este al despertar se da cuenta de quién es, y comienza
a comportarse cómo el tirano que describió el oráculo. Sin embargo el rey tenía
entre manos un engaño: “Si él supiera que es mi hijo/ hoy, y mañana se viera/
segunda vez reducido/ a su prisión y miseria, / cierto es de su condición/ que
desesperara en ella; / porque, sabiendo quién es, / ¿qué consuelo habrá que
tenga?/ Y así he querido dejar/ abierta al daño esta puerta/del decir que fue
soñado/ cuanto vio. Con esto llegan/ a examinarse dos cosas; / su condición, la
primera; / pues él despierto procede/ en cuanto imagina y piensa; / y en
consuelo, la segunda, / pues, aunque ágora se vea/ obedecido, y después/ a sus
prisiones se vuelva, / podrá entender que soñó, / y hará bien cuando lo
entienda; / porque en el mundo, Clotaldo, / todos lo que viven sueñan.” Así
Segismundo tras perder su oportunidad de ser el rey, adormecido, vuelve a ser
llevado a su cautiverio. Cuando despierta en la torre cree que todo lo que pasó
en el palacio ha sido un sueño medita entonces en sobre su situación “¿Qué es la vida? Un frenesí. / ¿Qué es la vida? Una ilusión,
/ una sombra, una ficción, / y el mayor bien es pequeño; / que toda la vida es
sueño, / y los sueños, sueños son.” he aquí el núcleo de la historia, el centro
en que gira el texto. En estos versos se hace claro el pensamiento solipsista
de Segismundo en el cual es él el centro de todo, y todo cuanto ha visto ha
sido soñado. Así mismo se concreta en esta sentencia el mito de la caverna.
Retomando en pocas palabras, el mito se refiere a un hombre que
está encerrado en una caverna en la cual sólo alcanza a ver sombras y determina
que de eso está formado su mundo. Del mismo modo Segismundo en su torre, solo
se tiene a sí mismo, y sus pensamientos y sueños son las sombras que él percibe
y de lo que construye su realidad.
martes, 25 de noviembre de 2014
Vida y obra de Féliz María Samaniego
Félix María Serafín Sánchez de Samaniego Zabala (Laguardia, Álava, 12 de octubre de 1745 – ibídem, 11 de agosto de 1801)
fue un escritor
español famoso
por sus fábulas.
Junto con Tomás de Iriarte es considerado el mejor de
los fabulistas españoles; la violenta enemistad surgida entre ambos ha pasado a
la historia de la literatura.
Perteneciente
a una
familia noble y rica. Tras los primeros estudios (llevados a cabo en el hogar paterno)
fue enviado a cursar derecho a la Universidad de Valladolid, donde permaneció
dos años sin llegar a concluir la carrera. En un viaje de placer a Francia se
entusiasmó con los enciclopedistas, y se quedó mucho tiempo en tierra francesa;
allí se le contagió la inclinación a la crítica mordaz contra la política y la
religión tan grata a los hombres del siglo, y cierto espíritu libertino y
escéptico que le indujo a burlarse de los privilegios y a rechazar, incluso, un
alto empleo en la corte que le ofreció el conde de Floridablanca. A su regreso
a España contrajo matrimonio y se estableció primeramente en Vergara, donde
participó en la Sociedad Patriótica Vascongada, tendente a la difusión de la
cultura en los medios populares, y de la cual llegó a ser presidente. Las
fábulas escritas para que sirvieran de lectura a los alumnos del Real Seminario
Patriótico Vascongado de Vergara son su obra más conocida. En 1781 se
publicaron en Valencia los cinco primeros libros con el título de Fábulas en verso castellano, y
en 1784 apareció en Madrid la versión definitiva, titulada Fábulas morales y formada por nueve libros con 157
fábulas.
Las fábulas de
Samaniego se inspiran en las obras de los fabulistas clásicos Esopo y Fedro, y
también del francés La Fontaine y del inglés J. Gay; todas ellas tienen una
finalidad didáctica. De estilo bastante sencillo y métrica variada, muchas
fábulas destacan por su espontaneidad y gracia: La lechera, Las ranas que pedían rey, El parto de los montes, La cigarra y la hormiga, La codorniz, Las moscas, El asno y el cochino, La zorra y el busto o El
camello y la pulga.
La publicación de
las fábulas de Tomás de Iriarte (que había sido su
amigo) un año después que las suyas, con un prólogo en el que afirmaba que eran
"las primeras fábulas originales en lengua castellana", irritó a
Samaniego y desató una rivalidad entre ambos escritores que duraría toda su
vida. Samaniego publicó anónimamente el folleto satírico Observaciones sobre las fábulas
literarias originales de D. Tomás de Iriarte (1782) y, poco después, una
parodia del poema La música,
también de Iriarte, que tituló Coplas
para tocarse al violín a guisa de tonadilla. Siguieron numerosos libelos,
contestados con la misma violencia por Iriarte. Sin embargo, cierto espíritu
volteriano confería a los ataques de Samaniego una crueldad mayor.
Con la subida de
los Borbones al poder se produjo un proceso centralizador que entró en litigio
con las instituciones forales del País Vasco. Al complicarse la situación, en
1783, Samaniego fue comisionado por la provincia de Álava para que de una
manera directa gestionara los problemas provinciales en la Corte, aunque
también tramitó otros asuntos regionales y de la Vascongada. En la capital, su
actividad literaria fue intensa; asistió a reuniones y tertulias y gozó de la
amistad de nobles y escritores. Participó en las polémicas teatrales de la
época defendiendo el teatro neoclásico y la ideología ilustrada. Esta actividad
cultural fue más exitosa que los progresos de las gestiones que le habían
encargado. Tampoco llegó a buen puerto el plan de un Seminario para señoritas,
que la Vascongada pretendía establecer en la ciudad de Vitoria.
De nuevo en Bilbao,
volvió a llevar las riendas de su hacienda, bastante olvidada, y a frecuentar
las antiguas amistades. En 1792 decidió llevar una vida más tranquila y se
retiró a su villa natal, Laguardia. Dos sucesos rompieron su tranquilidad: por
un lado, la invasión francesa del año 1793 que dejó malparadas sus posesiones
guipuzcoanas; por otro, algunas poesías satíricas y licenciosas le valieron el principio
de un proceso inquisitorial en 1793. El tribunal de Logroño llegó incluso a
decretar la detención del autor. Samaniego evitó peores consecuencias gracias a
la influencia de sus amistades en los altos niveles[1].
Samaniego. El hombre y su obra.
Samaniego nació en La
Guardia, Alava. Tuvo, como Iriarte, una educación clásica. Vivió largo tiempo
en Francia y escribió comedias, poemas y tragedias. Su obra principal es Fábulas morales (1781), donde recrea
viejas historias y las adapta a las circunstancias y hechos de su época.
Dueño de una
excepcional capacidad para la ironía, observador agudo y magnífico poeta,
Samaniego refleja en sus fábulas no sólo un afilado talento crítico, sino
también una excepcional vena lírica. Sus historias de La lechera, El parto de los montes, y La cigarra y la hormiga, entre otras, son hoy consideradas obras
clásicas en su género por más que fueron frecuentadas por casi todos los
fabulistas anteriores. Más tradicionalista que Iriarte, la obra de Samaniego,
está casi en su totalidad basada en el fabulista latino Fedro (año 15 anterior
a nuestra era). Samaniego tomó esas fábulas y las recreó, elaborándolas poéticamente.
La versificación de Samaniego es sonora, brillante y hermosa, de pareja calidad
y estilo depurado. La obra de Samaniego sitúa a los protagonistas –tanto
hombres como animales- en un mundo que comparte niveles de realidad e ilusión
pero reitera un mensaje que caracteriza el pensamiento del autor: El hombre debe vivir en función del presente
y basarse sólo en lo que puede comprobar objetivamente en la realidad, dejando
de lado los sueños.
Como Esopo e Iriarte,
Samaniego deslizó también en sus fábulas duras críticas a la sociedad de su
tiempo. Cuestionó defectos y vicios, subrayó errores, denunció falsas posturas
moralistas, desnudó actitudes cínicas. Para él, como para los otros dos
autores, la fábula fue también un género literario que le permitió analizar las
costumbres y la conducta de los hombres de su época[1].
Ana Karen Gómez Zamora.
[1] Cito
textualmente del prólogo de Fábulas de
Samaniego de la editorial Editores mexicanos unidos, de la tercera reimpresión
en abril de 1989
“MORTALES
QUE AMAIS”
Juan
Bautista Cabanilles (1644- 1712)
1.
Contexto y Circunstancias
En la historia de la
música española, se produce un ‘cambio de estilo’ en torno a 1750.
El siglo XVII está
encuadrado dentro de un contexto que evidencia la existencia de una
personalidad musical propia. El siglo XVIII es el de la italianización de la
música española.
Desde el último
tercio del siglo XVII se hace sentir en toda Europa el impacto de nuevas formas
y estilos procedentes de Italia: la ópera, el oratorio, la emancipación cada
vez mayor de los instrumentos con relación a las voces, las audacias armónicas
que van resquebrajando el viejo sistema modal y estableciendo plenamente la
tonalidad, la primacía de la melodía sobre el contrapunto…
Cabanilles es la
culminación de una forma de composición con unas características bien propias
que darían pie a otros nuevos estilos.
2.
Vida y obra de Juan Bautista Cabanilles
A Juan Bautista
Cabanilles se le ha clasificado como conservador, como hombre poco dado a la
modernidad del siglo XVIII, centuria que comenzó cuando él era ya, un maduro
maestro.
La atención del
presente análisis musical, se concentra en una sola obra de este compositor,
“Mortales que amáis”. Tono al Stmo. Sacramento a 4 (SSAT) y continuo.
Nacido en la
valenciana población de Algemesí en 1644, estudió con Jerónimo de la Torre
(antecesor de Cabanilles como organista de la Seo de Valencia) y Urbano de
Vargas (Maestro de Capilla de la Catedral de Valencia).
3.
Análisis Musical
La obra “Mortales que
amáis” Tono a cuatro voces [(SSAT) y continuo] al Santísimo Sacramento es un
Tono a la Pasión de gran aliento y fuerte expresividad lograda mediante un
entramado polifónico rico en ideas, eficaz en el tratamiento del texto, y del
que resulta un colorido armónico de singular belleza. Este Tono o villancico
religioso es una lección magistral sobre el empleo del retardo y de la
disonancia, con pasajes atrevidísimos y con sentido de modernidad, sobre todo
para su tiempo.
Según José Climent,
responsable de la edición moderna de las obras vocales de Cabanilles, la temática
del texto en Bach y en Cabanilles, es la misma (el dolor ante el padecimiento
de Cristo para salvar a la humanidad) y también la tonalidad (Mi menor), con lo
que ya son demasiadas coincidencias casuales.La obra “Mortales que amáis” Tono
al Stmo. Sacramento a 4 (SSAT) y continuo, se encuentra transcrita en 3/4,
tiempo ‘Ternario’.Con los compases ternarios se practica el género de reducción
de breve = redonda, escribiendo el ternario mayor en 3/2 y el de
proporcioncilla en 3/4, siendo este el caso de la obra objeto de análisis. El
compás de proporcioncilla (3/4) es el más peculiar y frecuente, aunque se han
publicado bastantes partituras en que, con la misma reducción de valores, el
compás se escribe en 6/4, pero ello no elimina las ligaduras que surgen de notas
repartidas entre compases. La obra “Mortales que amáis” Tono al Stmo.
Sacramento a 4 voces (Soprano, Soprano, Alto, Tenor) y continuo del compositor
Cabanilles, se encuentra escrita en tercer tono, en mi menor.
La
propiedad que tienen estos Modos, dicha con brevedad, es como se sigue. El
Primero Modo es alegre, provocativo a buena conversación y a toda honestidad.
El Segundo Modo es grave. El Tercero, terrible y provocativo a ira. El Cuarto,
adulador y halagüeño. El Quinto, sensual y despertador de tentaciones. El
Sexto, triste e incitativo de lágrimas. El Séptimo, fuerte y soberbio. El
Octavo, como queda dicho, tiene parentesco con todos los otros Modos. (Lorete).
Tampoco hay que
confundir las figuras retórico- musicales con la posibilidad que tiene la
música, como arte sonoro, para expresar el afecto (emociones, sentimientos,
recuerdos incluso por asociación de ideas), o para imitar sonidos de fenómenos
naturales. Estos procedimientos son algo muy diferentes a lo que se entiende
por figuras retóricas. En la obra, objeto de análisis, como figuras
descriptivas, destaca sobre todo, el uso de la Fuga, figura retórica con la que
se quiere expresar la imitación, seguimiento y obediencia a Dios (Las
diferentes voces de la composición van cantando un mismo diseño melódico). No
se utiliza la Hipérbole, es decir no se sobrepasa el sistema de líneas por
arriba o por abajo, por lo que la obra no expresa el cielo o infierno sino más
bien se encuentra en lo terrenal, como el propio título de la obra lo indica,
“Mortales…” Destaca también, el uso de la Exclamación, la melodía generalmente
marcha por grados conjuntos, y sobre todo sobresalen los intervalos menores
para expresar tristeza, lo cual también se subraya con palabras como por
ejemplo “llorar” (c. 42- 43), que melódicamente realiza un movimiento
descendente de semitono (2ª menor).
La tonalidad, la
modalidad, los tempi, las pausas, los acordes y las disonancias, etc.;
presentan una clara correlación con el significado del texto poético al cual
dan soporte, dependiendo del afecto o situación explicitada.
El cambio de modo es
“apto para expresar afectos opuestos, como tristeza y alegría, temor y valor.”
Si las expresiones
son tristes, dolorosas, etc., ponga las voces en posición baja, use de las
terceras y sextas menores; las ligaduras de séptima, cuarta y novena también
menores, que todo es muy del caso, como también las voces sean contraltos,
tenores y bajos. Si los afectos fuesen
alegres, festivos, etc., las voces (si son tiples serán del caso) vayan altas,
las ligaduras y especies imperfectas mayores. Cuando se hayan de explicar los
elementos, el aire, el fuego, altas las voces, el agua y la tierra las voces
bajas. La oscuridad, tinieblas, y errores también en positura baja, el cielo,
el monte, alturas, collados las voces altas, en el valle, el profundo, el
abismo, etc., bajas. Los afectos de ira, arrogancia, presunción, desesperación,
etcétera, pueden explicarse llevando las voces altas y las notas menores con
puntillo. Y la de humillación en positura baja y música pausada. Los afectos de
admiración con algunas pausas en voces e instrumentos.” La temática del texto
es la misma que en la obra de J. S. Bach “La Pasión según San Mateo”: el dolor
ante el padecimiento de Cristo para salvar a la humanidad y la ingratitud de
ésta.
4.
Análisis de estética y contenido.
La maestría de
Cabanilles la vemos en la utilización de los retardos y las disonancias de su
melodía, marcando así las distancias que le harían merecedor de su valía y
reconocimiento internacional.
El cromatismo y el
uso de ásperas disonancias están presentes muchas veces como medio para crear
efectos de claroscuro que anublaban la estructura modal de la música, así como
medio para alcanzar expresión emocional y tensión dramática.
En cuanto a su
estructura interna, es una obra de gran envergadura con una extensión de 186
compases, sin contar la repetición del estribillo. Este, como sucede casi
siempre en los villancicos y romances de la época barroca, el estribillo es
mucho más extenso que la copla, constando de 159 compases, mientras que la
copla, a pesar de que el músico ha utilizado dos estrofas juntas, como si
fueran una sola, lo cual constituye una excepción rarísima, solamente tiene 27 compases.
5.
Conclusiones
Para terminar, no se
puede decir de forma definitiva, este es el modo de escribir de Juan Bautista
Cabanilles, sino, este es el modo en que probablemente escribió la obra
“Mortales que amais”, ya que la evolución estilística es inherente a la tarea
compositiva de un creador nato. Posiblemente esta sea la magia de la creación
musical, y lo que la hace en realidad, tan bella e inesperada.
6.
Bibliografía:
·
Toda la información fue extraída
textualmente de la red mundial de información:
http://visarmie.blogspot.mx/2010/04/mortales-que-amais-juan-bautista.html
Ana Karen Gómez Zamora
lunes, 24 de noviembre de 2014
Thomas Iriarte
Un poco de él...
- Su figura destacó en los ambientes literarios y sociales.
- Frecuentó asiduamente la tertulia de la Fonda de San Sebastián donde trabó amistad con Cadalso y Nicolás Fernández de Moratín.
- nació el 18 de septiembre de 1750 en el Puerto de la Cruz, en la isla de Tenerife.
- Estudió bajo su dirección las lenguas griega y francesa y siendo ya conocedor del latín y estudioso de la literatura castellana
- Su carrera literaria se inició como traductor de teatro francés.
- Iriarte fue sobre todo el prototipo del cortesano dieciochesco, elegante, culto, cosmopolita y buen conversador.
Obra el
señorito mimado
Un
hombre que se atrevió a escribir una
obra tan original así como loca en ella manifiesta a lo contrario que se veía
en su época es como dice la obra a un señorito mimado un joven que no se llevó
al público al corazón, un pobre soñador
que sentía que podía ser amado con una joven que no valía para él.
El en
su obra plasmo un sentimiento debido que su estilo es una fantasía combinado
con la realidad como lo demostró en sus “Fábulas literarias” donde reúne una serie de poemas satíricos y
moralizantes que encierran muchas veces una burla así mismo, el aplico en su
manera de escribir unas ideas que se manifestaban más futurista a las de su
tiempo y pero eso si siempre siguió las reglas de universalidad, unidad formal
y didactismo.
En la
obra del señorito mimado nos da un reflejo a la sociedad de lo difícil que es
educar a un hijo si en ocasiones es bueno darle todo o limitarlo así como un
héroe que fue ejemplar llega a tener un sobrino como mariano que solo fue mal
educado por su madre Dominga y que lo hizo joven de reprochable conducta a
causa de una educación muy permisiva por parte de su madre Dominga y de su
amistad con una estafadora que se hace llamar Mónica.
También
afecta lo político Cristóbal un hombre que se queda con la custodia de su
sobrino y se aleja de su casa por un largo tiempo y cuando regresa encontrarse
que su sobrino es tal como él lo dice que es,
“Que
es temoso, afeminado,”
Superficial,
insolente,
Enemigo
del trabajo;
Incapaz
de sujetarse
A
seguir por ningún ramo
Una
carrera decente”
Un compromiso
que fue una farsa doña Dominga engaña a don Antonio haciendo pensar que su hijo
es un hombre de bien así que lo compromete con flora una joven llena de
valores, decencia pero es engañado por la familia en especial por la madre.
También
describe la relación criado- empleado al último en una conversación donde
mariano piensa que no el mal ejemplo solo que es diferente.
Por
último la culpabilidad de flora de pensar que se merece casar con un don nadie
solo por no haber elegido bien a su prometido.
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